viernes, 16 de julio de 2010

Lo que no se vende, se recicla

vía Mundo Textil Blog de Contenido el 6/07/10

Mueblerías y tiendas de ropa optan por transformar productos que quedaron en stock. Así, buscan reducir sus inventarios.



Fuente: Revista Pymes (Clarín)

Cada vez más mueblerías y casas de moda optan por "intervenir" o reciclar sus productos para reducir inventario. Con esta metodología se intentan optimizar artículos que no se venden. Con una "lavada de cara", se obtiene un modelo nuevo. Incluso, se ofrecen así obras únicas.

Hace unos años, las distintas escuelas de diseño hablaban de la customización, styling o personalización de los productos. "Desde el punto de vista estético, esa idea era de avanzada. Pero este principio se dio por una cuestión económica", aclara Patricia Doria, coordinadora de Diseño de Indumentaria, de la Universidad de Palermo (UP).



La práctica se originó hacia 2005 y se aplicaba a vestimenta de uso cotidiano, como los jeans.

Hoy, este mecanismo se usa buscando reducir los remanentes de stock. "Acumular mercadería que permanece parada en la estantería es igual a tener capital inmovilizado.

En algunos casos, reciclarla ayuda a la subsistencia de la compañía", remarca Ariel Fritzler, consultor del rubro textil.

Esa alternativa se emplea cuando se descarta la apertura de un outlet.

Ya sea porque son pequeños negocios y no cuentan con volumen para montar ese tipo de locales, o por una cuestión de imagen.

En general, los comercios que fabrican sus artículos optan por transformarlos. Si bien el hecho de estar en contacto con los talleres les permite ver un espectro más amplio del negocio, cinco de cada diez firmas reciclan sus productos.

"Trabajé para una empresa que tercerizaba la fabricación de sus diseños en muebles. Pero buscaban a otras personas para intervenirlos.

Hasta contrataban artistas para hacerlo. De esa forma, se logra un bien único que se venderá por muchos más años. Las opciones son un lavado de cara (algo simple) o una obra de arte", señala Vanina Cabai, decoradora y artista plástica de Va Cabai Deco.

Prueba y error
Como es lógico, esas transformaciones no se practican en los productos de bajo costo. Más bien, se hacen sobre mercadería en la que se invirtió inicialmente mucho y, por ende, no se le pueden aplicar descuentos. Por ello, si no se vendió en seis meses; se lo remodela.

Un dato a atender es que no existen reglas fijas sobre cómo modif icar un artículo. En rigor, se aconseja decidir la intervención a partir de conocer muy bien las necesidades o gustos del mercado y, sobre todo, definir qué se quiere lograr.

"Realmente, en estos casos, se va probando. Tomamos algunas prendas y las teñímos, a otras les cortamos las mangas, les ponemos una serigrafía, etc.", afirma Ariel Fritzler.

Con las dificultades para importar, varis fábricas de muebles toman matrices de productos viejos para hacerles un styling. "Se trabaja sobre una matriz antigua, que no sea muy costosa, cambiando un poco para lograr un bien nuevo", marca Daniel Wolf, coordinador de Diseño de Mobiliario, de la UP.

También, se pueden reciclar los artefactos de iluminación. Por lo común, se transforman más las pantallas que las bases. Pero, su bajo costo limita las prácticas.

Rara vez los consumidores se enteran de qué productos fueron intervenidos. Entre los comerciantes, es casi un tabú el hablar sobre esas prácticas; aunque siempre son artículos de primera. "A nivel comercial, es bien visto ofrecer directamente al comprador algunos de estos tipos de reciclados. Por ejemplo, sugiriendo la modificación del color. El público, así, lo recibe bien", detalla Cabai.

El consejo: analizar muy bien los costos
En la actualidad, las intervenciones de productos están de moda. Sin embargo, muchos comerciantes no se animan aún por desconocimiento de la metodología o de quién lo lleve a cabo. A la hora de decidirse por esta práctica, se deben analizar muy bien los costos. En líneas generales, es conveniente reinvertir sobre un producto terminado entre 10 y 20%, según los expertos.

"En algunos casos, no se gana. Pero, con seguridad, se recupera el capital inicial y el de la intervención", destaca Vanina Cabai, de Va Cabai Deco.

Determinar el público al que se apunta
Muchas veces, al costumizar un producto, éste entra en el rango de artículos exclusivos. Por eso, se debe definir muy bien la técnica de reciclado tras determinar a qué público se apunta. "Empresas internacionales contratan a artistas plásticos de envergadura para que 'intervengan' sus prendas.

Así, obtienen una pieza única e irrepetible", destaca Patricia Doria, de la Universidad de Palermo(UP). En indumentaria, metodologías del tipo masivo son el teñido o el lavadero. De ese modo, se obtiene una pieza de "carácter urbano". "En diseño industrial y -en particular- en muebles, los productos están pensados para dar a una estructura distintas terminaciones. Entonces, una misma silla puede, o no, tener respaldo que, a su vez, puede ser de madera, de metal o tapizado. Una u otra opción da lugar a un artículo distinto", explica Daniel Wolf de la UP.

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